Feliz febrero
El otro día en la mañana masticaba la idea del año viejo, por esas cosas que uno no sabe porque pasan, luego de un rato conversaba de lo mismo con la gente del laboratorio -en el que trabajo, vivo, como y casi duermo- sobre el fin de año y las razones para festejarlo por lo alto, con una gran fiestota o reventando un pedazo de país con pirotecnia, quemando un año viejo -de tres pisos y que cuesta una semana de trabajo-. Muñequito que representa lo malo del ciclo que acababa. Luego conversar un montón la conclusión a la que llegamos fue que como humanos que queremos evolucionar y trascender y para eso necesitamos cerrar ciclos, saber que si la vida nos trató a la patada, o que si el destino nos trajo limones y no pudimos hacer la limonada, tenemos una oportunidad de pasar la hoja, de empezar de nuevo, muchos lo llamarán el cuaderno en blanco, otros con más conciencia de que todo esta conectado solamente dirán que hay reparar las cagadas e intentarlas hacer mejor. Eso es lo mejor del inicio de cada año, lo cual siempre es bueno y aunque tomemos como referencia que un pedazo de masa que orbita alrededor de una bola de gas que se quema pase por un mismo punto, termine el ciclo y automáticamente genere uno nuevo es punto de reflexión que me encanta, ese pequeño instante de lucidez que te dice: acertaste en esto y la cagaste en todo lo demás.
Este año se cayó el instante de lucidez, así que con ello, el examen de conciencia de lo bueno y lo malo, no apareció, por un momento pensé en que esa falta del “click del año nuevo” se fue para siempre junto a la idea de papa noel o de saber cómo se hacen los efectos de Star Wars. Lo busqué y no lo encontré; así que a la cansada me dije: !bienvenido a un nuevo peldaño en la escalera de ser un viejo temático!.
Lo que no me esperaba es que el “click del año nuevo” se genere en un bus urbano más allá del 20 de enero y que llegue con la ola de imágenes en ese efecto fast foward pendejo al que nos tiene acostumbrado Hollywood, desde ahí he estado pensando en lo que puedo mejorar y en lo que hay que dejar de lado, entendiendo que eso de bajar de peso o ir al gym no son propósitos válidos, si no que hay tener uno solo que hay que mantener siempre y ese es:
Vivir malditamente bien, en paz y sobre todo sin joder a los demás.
Luego de tener en claro que ese debe ser mi propósito año a año, no me queda más que decir:
Feliz año a todos, aunque sea febrero.
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