Acabo de llegar de mis vacaciones, no se si bien merecidas, pero vacaciones al fin.
Luego de unos cuántos días a nivel del mar, mi cuerpo se acostumbra a estar en una atmósfera llena de oxígeno y una presión diferente, al llegar a Quito, con la debida falta de oxígeno por la altura, llegan también muchas reflexiones post-vacacionales.
Muchas de estas reflexiones parten de conversaciones que he tenido con la gente en la playa, unos cuantos turistas, otros pocos nacidos en la playa y otros adoptados por la madre playa.
Este grupo, de adoptados me parece el más interesante, ya que sin tener un vínculo directo son los que más cariño le tienen a la arena y al agua sal…
Dentro del grupo están los parcheros o hippies, que venden pulseras en el malecón, mismas pulseras que encuentras todas las ciudades del Ecuador y supongo que no solamente en el país. La diferencia entre una pulsera quiteña y una de crucita es la concha del remate, el lugar de la pepa plástica. En conclusión: mismo concepto, mismo hilo, más caro. La playa es un valor agregado, desde hoy voy a pensar seriamente en una franquicia de parcheros.
Otro de estos ejemplares hermanados con la arena que me encontré ésta vez fue con un gringo, que, locamente adicto a las sensaciones del mar se convirtió en sastre y básicamente se dedica a hacer ropa de surf, remendar una que otra prenda de las personas del pueblo y hacer vestidos playeros con unos toques de aerografía, que creo que es lo que más plata le da…
Existe otro ejemplar, creo que el más representativo del grupo. Era un tipo con sus buenos añitos (40+) que era el dueño de la cabañita de los cócteles de la playa.
Lo conocí el año anterior y conversamos algo con él, este año charlamos más… Y ahora lo entiendo mejor.
Ahora puedo darme cuenta lo que puede ser trabajar todos los días de 9h00 a 18h00, enfundado en un terno, peleando con proveedores, disputando un trozo de calle con el chofer de bus, puteándome en la esquina con el taxista que no respeta la señal de pare, respirando el smog, pitando al huevon que se parqueó en media calle para conversar con la secre, demorándome todo un día en hacer 4 cosas… subirme a un bus en el que los asientos son tan cortos que me mastico las rodillas.
Llegar a casa muerto del cansancio sin ganas de dedicarte cinco minutos al perro, de pasatiempos ni hablemos o peor aun tener energía y tiempo y ganas para atender a un hijo hiper activo que no ha hecho sus tareas aún.
Luego de 14 años de andar en estas idas y venidas al tipo se le acabaron las buenas caras, creo que también las caras hipócritas porque hay que saludar de la mejor manera al cliente. Así como le cogió asco y alergia al terno y a la corbata, agarró sus cuatro cosas vendió las que no se podía llevar y se fue a la playa, a pasar todo el día en “chancletas”, colgar la corbata en la columna más grande de la covacha, para que le recuerde todos los días lo que era y que no quiere volver a hacer (y ser), quemar uno que otro papel y pasar el tiempo vendiendo cócteles y conversando con vagos como yo.
No puedo negar que tengo un montón de envidia, pero será que al cabo de un mes de la vida relajada extrañaré pelearme con el taxista que me quiere cobrar el doble por la carrera ya que: “ en la noche la tarifa varía jefe”
Claro cuando me despedí de él seguro se dijo…
Este tipo desde mañana seguro va a volver a ponerse el mismo terno… con la misma corbata de siempre.
Lo que él no sabe, es que un día de estos, tendrá competencia en los cócteles o seré su socio… sirviendo cócteles a tipos de terno disfrazados de turistas con ganas de fugarse de la realidad…
ps. Hablando de tragos y cocteles... Pache, te toca esperarme con un mojito bien frio para cuando nos volvamos a ver. Hasta que eso ocurra. Descanza.
6 comentarios:
Mi hermano, sufres del clásico síndrome post playero... sucede por el exceso de sol, arena, cerveza y oxígeno.
Se cura a los 2800, con el sol seco, una buena fritada, banda ancha, ocho y medio, ausencia de cucarachas y un poco de smog.
Cuidado, capaz logras el sueño de ponerte un kiosko en la playa y sales en la propaganda de Coca Cola.
Esmeraldas no es playa... pasaste en Atacames...
Que playa te fuiste?
Oye y yo compre unas cositas a los parcheros mas baratas y ms lindas de lo q en cuentro en quito (estoy con nueva adiccion a los anillos)
Amigo Pastv asoma pa las bielas, parece q este fin de semana viene kch del guayas.
Y chevere si te vas de competencia o socio del man de los cocteles, me invitas los tragos? ;) (So en modus coqueto)
Pase en crucita... No se la razon por la que Héctor dice lo de Esmeraldas...
En cuestiones de Parcheros lastimosamente tengo ya mucho tiempo en que no me sorprende nada. Tal vez en Tonsupa exista alguna novedad. Creo que los que llegan a Crucita son mas Quiteños que la Plaza Grande y de seguro me los encuentro por acá la próxima semana.
So, cuéntame como es la «movida» para el fin de semana.
De ley que invito los tragos, creo que muchos de los sueldos o de las utilidades se irán en tragos invitados.
Siempre es bueno sentarse a tomar un trago o los que sean con los buenos amigos.
oSado será el que un día coja su camino y no mire hacia atras... logre o no su objetivo hizo lo que muchos de nosotros no... tratar de vIvIr... a quien no se le a ocurrido dar una vulco total a su vida, abandonar los estereotipos, y encarar la vida con dos manos y una cabeza...
dejando de lado lo anterior.. buenas vacaciones amigo... ya quisiera yo unas de esas... hecho en alguna parte del pais o mundo.. como sea, la cuestión es estar sin hacer nada y con una franciscana en la mano, bien fria....
tu blog esta genial... ojalá uno de estos días le enchulemos al mio...
saludos, pancho
Tranquilo pastv, así es Héctor con sus comentarios objetivos y precisos, jejeje
Después de un threesome creo que eso de irse a la playa a montar un barcito está en el top de sueños y fantasías de los hombres.
Publicar un comentario