Perdiendo fluido cerebral.

Nada me molesta más que; tener gripe; bueno siendo sincero, creo que hay algo que me molesta un poco más que la gripe y es:
Tener la nariz llena de mocos, o lo que es peor, tener tantos mocos aguados que se salen por su cuenta, sin importar en dónde este, o con quien hable, los malditos solo salen y dejan su marca viral donde se les pegue la regalada gana. De niño pensaba que los mocos eran animales con vida propia, algo así como los pitufos o los snorkels, hoy sigo manteniendo esa teoría.
Y para evitar que el fluido salga en el lugar menos pensado, el mejor remedio es comprarse 5 paquetes de klenex en la farmacia y tenernos en la maleta (resulta más transportable 5 paquetes de bolsillo de klenex que una caja).
Ahora viene la queja en contra de los klenex… ¿A quien mierda se le ocurrieron diseñar los malditos empaques de esas cosas? Situémonos en la mañana de hoy e imaginemos el siguiente cuadro:
—BBBuuuuunnndddos dddias— digo yo, con la voz coartada por mis membranas
—Buenos días, joven ¿en que le puedo servir?— dice con la mejor cara el tipillo de la farmacia
El tipo tenía la cara de haber dormido bien toda la noche, que hoy cuando despertó saboreó el mejor café de su vida, mientras que yo, cuando pude tragar algo en el desayuno solo sentía, una bebida caliente si sabor alguno, ingresando a mi organismo. Podía ser cualquier cosa asquerosa, que el momento solamente bajaba.
Volviendo al cuadro:
—Mde Da Cinco paquedes de Klenex podr fador— le digo, mientras el señor me queda mirando con su mejor cara y me dice:
—No le parece mejor que se compre una cajita, mire tengo éstas—
—Ndo quiedo cajas, ndo edtran en mi maleta, quiedo los de bolsillo— Además esos empaquesd mde darian vedgüenza— le digo con toda confianza.
Entonces el tipo va a un cajón, lo abre y luego mete cinco paquetes de klenex en la bolsa de papel, me los cobra y me los entrega.
—Hasdta luegdo— le dije mientras chupaba el nuevo centímetro cúbico de moco que me acaba de nacer, antes que que caiga al suelo y dañe la asepsia de la farmacia.
Llego a la oficina, me dispongo a sacar el primer paquetillo de la mañana cuando, el madito paquete tenia diseño florido, me dije:
—Este man de la farmacia ¿que pensó? Que diseño más de nena… ¿habra pensado que voy a un funeral o que voy a romper con alguna novia? Lo que si sé es que enie en las manos un paquete de klenex de colores poco agradables…—esto lo digo sin acento de griposo porque lo que me dice mi cerebro no tiene una barrera de fluido de por medio—
Segundo paquete, misma historia, tercero igual, cuarto varonil, quinto, más bien ni les cuento…
Saque el cuarto paquete de la funda, lo abrí y lo puse sobre el escritorio, más tarde como era de esperar, el paquetillo se acabo y yo pensaba:
—¿Saco el empaque que hace juego con mis ojos? Automaticamente me respondía —no seas gay
—¿Entonces uso el que combina con la pintura de la oficina?— doblemente gay me decía…
La solución varonil fue, sacar todos los putos klenex de las bolsas y dejarlas en la bolsa de papel Kraft… ¡!!Nada más varonil que eso!!!
Ahora bien, ¿quien carajo hace el estudio de mercadeo de los malditos klenex o quien diseña el empaque porque esta vez de floridos y gay se pasaron… había tanta flor en sus empaques que me daba alergia al polen… Y como era de esperarse éste fue mi tema para morir de iras hoy, además que mi proceso mental estaba disminuido, parecía trabajando a 20km por hora, imaginaba mi cerebro haciendo corto circuitos mentales, en una laguna de sustancia acuosa, salina y por ello, conductora de la electricidad…

Así que los dejo por el momento, creo que he sobre exigido a mi cerebro, le voy a dar un descanso mientras voy a la farmacia, esta vez a comprar vitamina C, y una caja de klenex que luego forraré de papel kraft.

Como nota:
Papel kraft: el papel café de las fundas de papel.
Para algunos muchachos este color trae malos recuerdos ya que ese era el forro del cuaderno de matemáticas de segundo grado, cuando aprendieron a multiplicar.